La salud es algo que frecuentemente damos por hecho si es que no tenemos ningún síntoma notorio que nos haga pensar lo contrario, sin embargo, hay muchas enfermedades silenciosas que desafortunadamente dan evidencia de su existencia cuando ya están causando un problema grave en nuestro cuerpo, siendo algunas de aparición repentina y gravedad extrema.
Cuando una persona es diagnosticada con trombosis del tipo que sea, es advertida de las consecuencias que puede tener de no tomar cartas en el asunto y seguir un tratamiento específico.
Dichas indicaciones médicas provocan en los pacientes un cambio de rutina que muchas veces no estaba siquiera contemplado para el auto cuidado además de lo confuso que puede ser de un inicio reconocerse enfermos de algo que puede tener una gravedad importante.
¿Cómo es que algo tan pequeño como un trombo, puede llegar a afectar tanto?
Dependiendo de cómo es que se presentó el evento del diagnóstico, los pacientes pueden percibirlo como traumático en mayor o menor medida Mientras más se haya visto comprometida su vida, mayor posibilidad de desarrollar algo muy parecido al estrés postraumático, sin embargo, si la persona previamente al diagnóstico se encontraba en un estado emocional vulnerable, de igual forma puede vivir dicha enfermedad como algo sumamente estresante.
Afrontar una enfermedad como la trombosis conlleva a pensar en la salud, la cronicidad de la enfermedad y el compromiso con la vida misma. Es importante señalar que, aunque la mayoría de las personas valoramos la salud, tomar consciencia de las acciones que debemos ejercer para mantenerla no es un camino tan directo, frecuentemente nuestra ecuación mental es: si no tengo ningún malestar físico, entonces todo está bien. Sin embargo hay condiciones y enfermedades que pueden estarse formando internamente sin darnos ningún síntoma, tener nuestro chequeo médico y realizar rutinas saludables como parte de nuestro día a día nos garantiza un estado general muy acercado a lo más saludables que podemos estar.
Por otro lado, hay una situación muy alarmante en relación a la atención médica ya que un gran número de personas tienen síntomas que pueden estar relacionados con una enfermedad que avanza poco a poco y que por miedo al diagnóstico no acuden al médico sino hasta que ya los síntomas manifiestan algo mucho más grave de lo que se pudo manejar de manera más simple en un inicio.
Aunque evites acudir a recibir un diagnóstico, la enfermedad existe y avanza.
La trombosis requiere retomar o iniciar nuevos hábitos y eso es algo que recurrentemente centramos en la motivación, aquí quiero recalcar lo que anteriormente hablé en “Es difícil cambiar” y recordar que la motivación es pasajera, no todos los días sentimos la misma motivación para hacer las cosas y es una de las principales razones por las que renunciamos a los objetivos que nos planteamos. Lo que sí resulta más efectivo a largo plazo es la disciplina que nace de la reflexión de los beneficios que dicha nueva rutina tiene en nuestra vida y en particular en el caso de la trombosis, en la salud. Hacer algo aunque no nos den tantas ganas pero con la convicción de que es lo mejor para nosotros, nos va a provocar una mayor satisfacción una vez realizado a comparación de la preocupación o hasta culpa que sentimos al pasar todo el tiempo esperando a que la motivación llegue para que al final no lo logremos y lo dejemos para el siguiente día.
En general, la trombosis y la mayoría de las enfermedades que nos exigen un cambio de estilo de vida así como medidas preventivas, tienen como fuente de éxito el apego al tratamiento médico de la mano con el compromiso y conciencia de cada paciente, es por eso que si percibes que tú parte de la solución, esa que tiene que ver con tu estar ante la enfermedad, te resulta muy difícil o paralizante en relación al estrés, angustia, depresión o algún síntoma persistente que reconozcas, es importante acudir con un psicoterapeuta para trabajar en la parte emocional que te permita retomar tu vida después de tu diagnóstico. Es un trabajo en equipo pero el logro es del paciente.