Ni en principio de año, ni los lunes, ni en tu cumpleaños o cualquier fecha importante que te de la sensación de que hay algo nuevo que puedes hacer o cambiar, eso va a pasar por el simple hecho de estar viviendo un momento que responde a un calendario. Nada se renueva con nosotros en esas fechas y aunque lo veamos de forma muy romántica, en realidad nada cambia por si solo cuando el núcleo vive de manera profunda en cada quien.
Por más ganas que tengas y le eches (lo que sea que quiera decir esta expresión) a las cosas que deseas tener, cambiar o provocar, el camino será tortuoso y más accidentado aún, si esa intención no responde a un tiempo que solo tiene que ver contigo, sino más bien algo que haga lógica con lo que deseas y a las capacidades que tengas para lograrlo.
El tiempo cronológico es de todos, el tiempo lógico responde solo a lo que tiene sentido para ti.
Con esto no quiero ser pesimista sino más bien realista, porque cuántas veces haz abandonado una meta por sentir que es difícil o imposible, que lo intentaste pero te perdiste en el camino y muchas veces es porque dirigimos una explosión de energía inicial a un objetivo muy alto y solo quedas sin fuerzas, decepcionado y regresando frecuentemente a cosas que probablemente no son tan benéficas por sentirte derrotado. Pero es que no por tener y echarle muchas ganas es que vas a conseguirlo. Lo importante sería darte el tiempo de planear buscar y pensar en cuáles son tus opciones pero sobre todo, cuál es la razón por la que quieres alcanzar esa meta porque de esa forma estarás haciendo un proyecto que tenga sentido contigo y no con una mera descarga inicial de energía de manera maniaca que haga que te agotes pronto.
Recordemos que frecuentemente necesitamos un tiempo considerable para cambiar una conducta pero al mismo tiempo, también necesitamos una reserva de energía constante para ir reconociendo cada paso del camino y de una cierta forma economizar nuestras posibilidades para llegar más lejos sin un desgaste innecesario.
En relación a cosas más serias como por ejemplo nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental, “echarle ganas” nunca va a ser suficiente, de hecho frecuentemente lo que tendríamos que hacer es de cierta forma rendirnos al malestar para darle un lugar y tomarlo más en serio de la mano de profesionales que justo sin la resistencia del “no pasa nada”, identificaremos que algo importante es real y encontraremos poco a poco el camino de salida a cosas que nos duelen nos lastiman o nos afectan en nuestro día a día y nos alejan de una sensación de bienestar y crecimiento personal.
Es por eso que si tú o alguien cercano está emprendiendo un camino importante tanto para sus objetivos concretos como para cosas más delicadas como sus emociones, por favor nunca utilices ni creas que el “echarle ganas” va a ser suficiente porque muchas veces es una forma de invalidar el trabajo que requiere hacerse cargo de uno mismo.