A lo largo de la vida todos vamos desarrollando preferencias por actividades y de acuerdo con nuestro ambiente y posibilidades las realizamos, aunque no todas al mismo tiempo y algunas se convierten en una costumbre que nos aporta bienestar y satisfacción.
Es en tanto que nosotros tenemos el control de decidir cuando realizar estas actividades que lo podemos considerar un gusto que puede ser planificado con cierta anticipación, que lo disfrutamos juntos o en compañía y su realización tiene principio y fin en relación con nuestras demás actividades sin ser una interrupción abrupta que nos impida ser productivos en lo que requerimos hacer o afecte a las personas de nuestro alrededor.
Pero hay ciertas conductas que separan un gusto de una adicción que puede estar afectando nuestra salud de manera integral. Recordemos que la mente y el cuerpo trabajan en conjunto todo el tiempo y cuando desarrollamos una adicción ambas partes de nuestra persona se ven afectadas y el daño puede llegar a ser grave de no identificarlo a tiempo.
En este momento es importante diferenciar que las adicciones responden a una dependencia que puede ser física y/o psicológica.
La dependencia física corresponde al consumo de sustancias que provocan de manera fisiológica la necesidad de permanencia de ciertos químicos en nuestro sistema neurológico. Es un estado en el que se crea un ciclo entre la tolerancia a la substancia que provoca un aumento paulatino del consumo y la reacción a la abstinencia que crea la necesidad de consumo constante. Es importante aclarar que, si no se presentan síntomas de abstinencia o tolerancia a las sustancias, no se forma la dependencia física.
Por parte de la dependencia psicológica, encontramos la elaboración de condiciones creadas para justificar el consumo de una sustancia o realizar una actividad de manera compulsiva relacionada con el pobre control de impulsos y tolerancia a la frustración que crea una ilusión de satisfacción, evasión o bienestar relativo a la acción adictiva.
La presencia de la dependencia tanto física como psicológica en las adicciones trae como consecuencia principal que las actividades adictivas sean prioritarias en comparación con el trabajo, familia y redes sociales, creando un impedimento para poder realizar otras acciones sin la presencia del elemento de adicción ya que eso significaría percibir el malestar que les provoca la abstinencia. Es justo esta condición en la que la vida gira en torno a la sustancia o acción adictiva que hace que se clasifique como patológica, dado que priva a las personas de vivir, actuar y relacionarse con libertad y voluntad independiente.
Debo aclarar que el abordaje terapéutico de las personas con algún tipo de adicción es un trabajo complejo, interdisciplinario de preferencia y de larga duración ya que la modificación química que las dependencias provocan en el sistema nervioso requiere de una readaptación a un estado libre de sustancias y detonantes adictivos.
Por parte de la psicoterapia la importancia de que estas personas logren verbalizar e identificar los puntos ciegos en relación con la situación que los hizo crear una adicción, es de vital importancia para su proceso de recuperación y acompañamiento en el tratamiento de la adicción.