Aunque el tema del tratamiento psicológico es el sujeto que acude, el trabajo que ahí se realiza utiliza las relaciones interpersonales como engranes que hacen fluir el material de las sesiones y ayudan a mostrar el panorama y la postura del que acude a tratamiento. Todo esto se desarrolla por medio de lo que se habla, es decir que todo está supuesto a lo que se dice en ese espacio, la percepción y respuesta del paciente.
Las relaciones familiares, amorosas, laborales y amistosas son cuestionadas constantemente en las sesiones conforme avanza el tratamiento, y dependiendo del tipo de terapia, el tema se abordará con mayor o menor profundidad, sin embargo, el paciente logrará ver en su proceso la influencia que él tiene en su ambiente como consecuencia de tomar conciencia de su estar y esto toma varios rumbos.
Para empezar la persona no verá de la misma manera los vínculos que tiene con los demás, se dará cuenta que ni todo es su culpa, pero tampoco todo es culpa de los demás, sino que hay de cierta manera diferentes jugadores en una cancha llamada relación, pensándolo de esta manera, este “juego” tiene reglas que fueron impuestas por unos y asumidas por otros, así que en la mayoría de los casos hay situaciones que se repiten y se desarrollan sin ser cuestionados por que “así es siempre”. Sin embargo, cuando la persona puede cuestionarse y reflexionar acerca de lo que vive ante los demás, tarde o temprano logra plantear una postura de sí mismo con mayor seguridad y tranquilidad en relación a las cosas que le gustan, las que le hacen daño, las que desea y las que no dependen de él.
Una persona puede tener un objetivo al entrar a terapia, pero al descubrir ciertas cosas que sobresalen será su decisión cambiarlas o no, pero ya no podrá decir que las ignora y ese es un cierto poder que requiere una responsabilidad ante la vida misma. Entonces, entendiendo que el cambio de quien acude a terapia es relativo a lo que busque personalmente, también podemos entender que su visión de las cosas y por lo tanto de sus relaciones interpersonales será de alguna forma más amplia y esto puede ser visto para los demás como un inconveniente por que quien lleva un tratamiento tendrá sus precauciones y visión particular sobre el “juego” en el que participa con quienes no han realizado dicha reflexión sobre las “reglas del juego”, y será un momento en el que se reformulen dichas posiciones.
Esto puede tener grandes beneficios para quien acude a terapia, porque puede encontrarse con la oportunidad que se dará él mismo de tener relaciones más sanas, vínculos más tranquilos y relajados, claridad en cómo él influye y así también los demás en él y de forma global en su vida logrará quitar ciertas piedras o baches que en algún otro momento ignoraba.
Quien acude a un tratamiento psicológico se acerca a una posibilidad de evolucionar en sí mismo y esto puede cambiar de cierta forma cómo el encaja en un mundo en donde toda su vida lo han puesto en un molde; salir de dicho molde puede gustarle a unos e incomodar a otros, pero la ventaja de quien acude a terapia es que podrá reconocer que su evolución es un beneficio personal y eso lo acercará más a sí mismo para poder estar en el mundo con sus propias reglas del juego con jugadores que buscan estar en la misma cancha.